Un equipo especial.
Daniel y Jaime se adentraron en el bosque y comenzaron a correr con todas sus fuerzas. Para Daniel, aquello era algo simple y pronto comenzó a saltar de rama en rama sin dificultad. En el suelo Jaime miraba con una pequeña sonrisa a su amigo exhibirse. Pronto pudo notar que la oscuridad comenzaba a cerrarse sobre ellos. Nuevamente los seres oscuros comenzaban a moverse. Planeando un ataque, Jaime corrió más rápido y se acercó a Daniel
—Sé que esto es raro y hay mucho que procesar, pero lo que vas a ver a continuación es algo que eventualmente podrás hacer, lo prometo, así que por favor sígueme de cerca.
Daniel vio a su nuevo y raro compañero de manera desconcertada mientras este daba un salto realmente alto. La impresión de Daniel se convirtió en miedo al ver que adelante sombras en forma de lobos y animales carroñeros comenzaban a correr en su dirección. Por un momento se detuvo asustado, pero una luz brillante ahuyentó a los enemigos. Jaime se había transformado nuevamente en águila. Daniel miró al imponente ave de caza con emoción.
—Es todo lo que puedo hacer por ahora, no tengo mucha energía porque no he tenido tiempo de descansar, no tengas miedo y sigue avanzando, casi hemos llegado.
A penas terminó de hablar Jaime una luz comenzó a caer lentamente. Parecía una estrella fugaz, pero el brillo era mucho mayor y podría cegar a quien lo viera. La luz no parecía parar y desaparecer como lo hacen las estrellas fugaces, sino que se precipitaba al sueño de manera cada vez más rápida. Cuando finalmente cayó, un rayo de luz como una torre iluminó la noche haciendo un ruido estremecedor como el de un trueno. Jaime comenzó a volar más rápido en aquella dirección, dejando en poco tiempo a Daniel atrás, quien temeroso apresuró el paso.
En el sitio del impacto, un niño se encontraba desnudo, en posición fetal, dormido. A su alrededor, la oscuridad de la noche parecía transformarse. Las sombras de los árboles parecían alargarse como brazos para tomar a aquel pequeño. Figuras de animales deformes comenzaban a gruñir desde lejos. Las sombras se movieron rápidamente hacia aquel chico. Pero antes de que pudieran alcanzarle, Jaime llegó al lugar, extendió sus alas y desprendiendo una luz que hizo que aquel lugar pareciera estar bañado de la luz del día. Las sombras normales del bosque volvieron. Pocos segundos después Daniel llegaría al lugar.
Jaime tomó nuevamente una forma humana, se cubrió con la gabardina que traía en una de sus patas, y cargó al niño.
—No debe tener más de diez años— Dijo Daniel un poco preocupado.
—La edad es irrelevante para nosotros, pero su forma actual es más débil que la de nosotros, por eso es que se ve mucho menor. Supongo que podrías nombrarlo a él también, nos resultará más fácil mientras estemos en este mundo.
Daniel sonrió al escuchar aquello, vio la cara del niño. La mandíbula un poco grande y la nariz un poco grande y achatada en la punta, los pómulos poco sobresalientes, una piel blanca acompañada de cabellos lacios rubios le dieron un nombre inmediatamente a Daniel.
—Tomás, tiene cara de Tom.
Daniel y Jaime comenzaron el camino de regreso a la casa Welther. Ambos siguieron alertas por aquellas sombras. Debido al cansancio Jaime respiraba cada vez con más dificultad y más profundo, mientras cargaba al pequeño en sus brazos. Al darse cuenta de esto Daniel lo relevó. Les tomó una hora regresar al lugar en el que se habían conocido. Al llegar a la casa se encontraron con una de las ventanas abiertas, era la ventana de uno de los cuartos de las niñas. Con mucho esfuerzo Jaime subió hasta la ventana. Al entrar en el cuarto se volvió para ayudar a Daniel con el niño. De un solo salto el último integrante del equipo entró en la casa. Karla y Johanna estaba esperando a los invitados adentro. Ambas se veían arregladas para dormir, pero sus expresiones indicaban que estaban más perceptivas y atentas que nunca. Al ver a un niño pequeño también desnudo Karla decidió buscar un poco de ropa mientras Johanna tapaba a al nuevo integrante con una sábana y se sentaba, esperaba una explicación al igual que Karla y Daniel quienes también buscaron un lugar para sentarse.
—Supongo que nadie recuerda nada sobre la orden del águila.
La orden del Águila.
—Hace muchos años fui elegido por mis cualidades para ser el encomendado de la protección de la sangre real. La orden del águila está diseñada para ser la guardia real en el cielo. Pero yo fui elegido expresamente para esta misión. No sé los detalles, no creo que mis superiores supieran mucho tampoco, pero lo que sí sé es que es de vital importancia que rescatemos a alguien que se encuentra encerrada en algún lugar de esta ciudad. Ella vino mucho antes y es más poderosa e inteligente que yo. No sé si fuimos elegidos para rescatarla o es obra del destino, pero de entre todos los más calificados de la orden me eligieron a mí. Alguien más fuerte pudo venir, pero yo fui seleccionado.
Los chicos se sentaron alrededor del sujeto que estaba hablando. A penas se había presentado con las chicas. Ellas también decidieron que el nombre original de aquel tipo era demasiado difícil y Jaime era un buen reemplazo.
—No hay mucho tiempo para explicarlo, pero creo que puedo darle un poco de sentido a los recuerdos que tienen. Ustedes al igual que yo vienen de un mundo diferente a este, en donde la energía se manifiesta de maneras más puras en forma de almas que protegen un sentimiento especifico. Estas almas son lo seres e luz y ustedes son seres de luz. Al llegar a este mundo adoptaron la forma que tienen debido a que la energía en este lugar es menor, si se mantuvieran transformados todo el tiempo, morirían dentro de poco debido a que este lugar no puede sostener nuestras energías.
Los oyentes sintieron un cosquilleo en sus estómagos, como si pudieran comprender de lo que Jaime hablaba. Pero la emoción era eclipsada por más preguntas que nacían de las respuestas que recibían. Aun así, parecía que podían entender todo lo que decía su nuevo compañero.
—Ustedes ya han visto, soñado o sentido aquel otro mundo al que pertenecemos, lleno de colores, luz y libertad, pero no han podido despertar sus poderes porque se han acostumbrado a este mundo. Eso es en parte debido al método que usaron para llegar a este lugar. El “vortex de conexión” es una forma inestable de viajar entre mundos, pudieron haber terminado en otra realidad o línea temporal diferente, pero no fue así, deben ser afortunados, no muchos se salvaron.
—Nuestro mundo vivía en una armonía aparente que era molestada eventualmente por los seres de las sombras, que buscan escapar de los confines de su mundo y corrompen todo lo que tocan. El héroe de Antasia, Arakanos, contuvo la mayoría de las invasiones al continente, él también es miembro de la orden del águila— Los ojos de Jaime parecieron brillar—. Pero un día desapareció, las invasiones fueron cada vez más frecuentes y, de un momento a otro, la oscuridad comenzó a corromperlo todo iniciando por el este y extendiéndose al palacio del león blanco, quien huyó y nadie supo qué pasó con él, al menos en ese momento.
—Las sombras fueron imparables, corrompían todo lo que tocaban, muchos buenos guerreros perecieron tratando de luchar, pero fueron vencidos. Antasia, ya sin su protector cayó pronto en manos de la oscuridad. Pero de entre todo lo malo hubo cosas buenas, la llamada del León blanco nos dio la alerta a los de la orden. La misión de salvar a los que estuvieran desperdigados en otros mundos, la misión de llevar fuerzas a la resistencia que organizó el Lobo Blanco. Al parecer también fue el rey el que abrió puertas de luz por todo el continente de Antasia para que muchos pudieran escapar. Creo que él sabía que nada podía detener a las sombras en el momento en que atacaron, y lo mejor era reunir a la mayor cantidad de sobrevivientes posible en otros lugares para poder luchar después. Durante los últimos cinco años, la resistencia ha intentado recuperar el continente, han luchado bien, pero las sombras siguen ganando terreno y desde su primera invasión, han conquistado partes de los otros cuatro continentes
La habitación en donde se encontraban los cinco jóvenes era la recámara de huéspedes. La oscuridad languidecía con la aparición del sol. La luz iluminando el cuarto advirtió a Jaime del tiempo que había trascurrido desde su llegada.
—Ninguno de ustedes parece recordar su vida en nuestro hogar, pero estoy seguro que han soñado con sus praderas, con sus montañas, estoy seguro que han sentido la llamada de su rey y estoy seguro que no es una casualidad que todos nos encontremos aquí hoy. Aun así, lo que nos haya reunido no puede decidir sobre nosotros, ni yo puedo hacer cambiar la vida que han tenido en este lugar, por esta nueva aventura en la que nos espera persecución y muchas dificultades.
Habían pasado tres años desde que Daniel había llegado a aquel lugar. En el caso de Karla y Johanna eran siete. Era lógico que ellas fueran las más renuentes a la hora de aceptar todo lo que aquel extraño les contaba. De ellas eran la casa en la que estaban y una parte de la riqueza de los Welther. Ellas encontraron en Adrienne a una querida familiar, Arlen, por otra parte, no pasaba mucho por el lugar y no parecía importarle el destino de las chicas de su hermana. Daniel por su parte no tenía ningún lazo fuerte con la tierra a la que había llegado y siempre sintió curiosidad por aquel otro mundo que veía en sus sueños. Las caras de duda que se reflejaron en las chicas, hicieron que Jaime se relajara “después de todo es mucha información para ser procesada en tan poco tiempo” pensaba. En ese mismo instante la vista del hasta hace poco extraño comenzó a nublarse, y sin poder detenerse, cerró los ojos y cayó pesadamente en el suelo.
El resto, con excepción del dormido Tom, miraron incrédulos lo que había pasado, aquel chico se había desplomado en frente de ellos. El esfuerzo había tomado todo de Jaime, ahora el cansancio se apoderaba de él después de verificar que estaba en un buen lugar. Los tres chicos que quedaron despiertos se miraron los unos a los otros estudiándose y una pequeña risa salió de los tres.
—Entonces qué hay de desayunar —Dijo finalmente Daniel mientras reía mostrando todos los dientes.